Abuelos niñeros
¿Amorosos cuidadores o esclavos de familiares?

Cada vez más abuelitos se hacen cargo de sus nietos sobrepasando las capacidades físicas y emocionales características de su edad, acabando, muchas veces, por ser esclavizados. Brindar ayuda y afecto a los abuelos es tan importante como proteger a nuestros niños.

Asesoría: Ximena Leal Serrato
Gerontóloga - Universidad de San Buenaventura

A la abuela y al abuelo, los recordamos como esas personas cómplices, bonachonas, formadores y amorosos. Ellos, han tomado una preponderancia fundamental en gran número  de familias, pues en una sociedad que predomina la familia en que los padres dedican cada vez más tiempo al trabajo y los recursos para acudir a guarderías o niñeras están limitados, los abuelos han entrado a asumir la responsabilidad de cuidar sus nietos.

Es fundamental tener en la cuenta que generalmente las personas mayores tienen limitaciones de salud que exigen cuidado y que en la mayoría de los casos dejan de atender por estar a cargo de sus nietos. Los problemas de salud de los abuelos asociados con la responsabilidad de atender niños se producen por un agotamiento excesivo o sobreesfuerzo físico y emocional crónicos que se manifiestan con estrés y depresión. Generalmente, este fenómeno afecta más a las abuelas que a los abuelos.

Entre las causas que pueden provocar situaciones de tensión crónicas se encuentran el realizar trabajos o actividades extrahogareños sin liberarse de las obligaciones de ama de casa, como también responder por una familia numerosa con niños o enfermos a su cargo.

Los factores que pueden contribuir a la esclavización de los abuelos son diversos y casi siempre surgen a partir de los problemas económicos, cuando los hijos, después de haber salido de la casa para independizarse, vuelven al hogar materno acompañados de pareja e hijos modificando de golpe el día a día del adulto mayor, limitando su capacidad física y emocional.

Otro caso que tiene las mismas consecuencias para los abuelos es el de los hijos que se separan o pierden sus parejas y optan o están obligados a acudir a la ayuda de sus padres, lo cual en esencia es bueno, pues los lazos afectivos entre abuelos y nietos contribuyen a mantener la estabilidad de los niños en estos procesos.

Lo ideal es no caer en los extremos y buscar respetar los espacios familiares. En la búsqueda del punto intermedio se puede potenciar la imagen de los abuelos. No se puede ignorar que algunos mayores tienen sus propias enfermedades o por su edad son vulnerables a ellas y que la relación y el contacto entre los abuelos y los nietos provoca que los niños vean la vejez como algo necesario y respetuoso, no como un problema. Al compartirse en encuentro entre generaciones se genera una responsabilidad para los mayores que se hacen cargo de los niños, pero también ayuda a los más pequeños a conocer y responsabilizarse de personas mayores.

Abuelos abusados
Algunos síntomas:
Cansancio
Hipertensión
Subidas repentinas de azúcar
Decaimiento
Tristeza o depresión

Es este exceso de trabajo, acompañado en la mayoría de los casos con la responsabilidad de hacerse cargo de niños pequeños, es lo que le provoca un estrés familiar que no se atreven a confesar a veces por miedo, ya que hay dependencia económica.

La falta de sinceridad, tanto hacia los médicos como hacia su propia familia viene originada por una especial concepción de la responsabilidad, formada por una educación basada en la entrega a la familia. La falta de "lamentaciones" es el principal problema para controlar el mal, pues todas las dolencias intentan curarse con fármacos o incluso hospitalizaciones. Una vez internada en la clínica y sin cargas domésticas, la abuelita mejora de forma muy notable, pero al volver  a su rutina cotidiana resurgen los mismos síntomas o incluso, otras enfermedades.

En caso más extremo, ella angustiada puede llegar al suicido al no verse con fuerzas para sobrellevar todas las tareas impuestas y frente al temor de ser despreciada por sus seres queridos. Es fundamental que los padres, como responsables de sus hijos brinden los medios que garanticen una relación equilibrada y saludables entre abuelos, nietos y el resto de la familia.

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