Cuando
una mujer cumple 42 años las posibilidades de engendrar un hijo con sus
propios óvulos, son inferiores al 10 por ciento. A los 40 años,
la mitad de sus óvulos son cromosomáticamente anormales. La cifra
se incrementa al 90 por ciento a los 42 años, además de potenciarse
todavía más si se es fumadora, se tiene sobrepeso e infecciones
venéreas.
Los hechos... Es una realidad que a partir de
los 28 años la fertilidad va disminuyendo poco a poco. Hay un dato
significativo y es que en los tratamientos de fecundación asistida en mujeres
de 30 años, hay un promedio de éxito de 6 de cada 10 implantes,
pero si son mayores de 40 años, el porcentaje disminuye a 4 de cada 10.
Todavía no es posible manipular el reloj biológico al antojo
de quienes aspiran a convertirse en madres, por ello, los médicos advierten
que el tratamiento más eficaz es la prevención, que en este caso
significa inicio de los embarazos en edades menores. Occidente ha alcanzado
avances exitosos en el control de la natalidad con la difusión de métodos
contraceptivos, así, la mujer estaría derrochando su edad de fertilidad,
sin ser, la mayoría de las veces conscientes de ese paso.
¿Qué decisión tomar? Engendrar
es una de las decisiones más trascendentales en la vida. A pesar de todo
lo dicho, es claro que una mujer que esté alrededor de los 40 años
puede tomar la opción de iniciar un embarazo, pero es imprescindible que
sea consciente de su determinación, de los riesgos que ello implica,
del compromiso consigo misma y de los controles médicos adecuados que requiere
el futuro bebé. La mujer se debe preparar desde antes del embarazo,
manteniendo un buen estado general una preparación física adecuada
y una buena asesoría médica preconcepcional. Además,
debe estar preparada física y psicológicamente para enfrentar desenlace_ms
no favorables de su embarazo, aceptándolos como parte del riesgo que asumió
con su decisión.
Desde el punto de vista fisiológico el
mejor momento para tener un bebé se sitúa
entre los 20
y los 30 años.
Con la edad temprana aumentan ciertos riesgos y a medida
que pasa el tiempo, también se vuelven a aumentar,
siendo altos alrededor de los 40 años.
Aunque el tema es complejo y cada mujer debe
tener su evaluación personal del riesgo, el mensaje es claro: se debe programar
un plan de vida que le de prioridad a un embarazo en las edades donde es más
favorable y con menos complicaciones.
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