El juego y
los juguetes de los niños
Por Mercedes Duque H
Experta en juguetes pedagógicos

Jugar es algo muy saludable siempre y cuando sean juegos y juguetes que ayuden al despertar armonioso del niño.

El juego es una fuerza interna que se expresa a través de un movimiento externo. El niño juega con todo y de acuerdo al juego elegido en su entorno, va desarrollando y despertando muchas facultades que están latentes en él.
Mientras el jugar para el adulto es un pasatiempo, para el niño constituye algo muy importante y serio, pues es a través del juego que da curso a su fantasía y a todos los impulsos que le vienen de su parte física y psíquica. Por eso un buen juguete debe conducir al niño a una entrega total de su ser. Jugar es algo muy saludable siempre y cuando sean juegos y juguetes que ayuden al despertar armonioso del niño.

Uno de los fenómenos característicos en el devenir contemporáneo de muchas familias es que sin quererlo han llevado a que el niño pierda su jugar sano, pues están rodeándolo exclusivamente de juguetes estereotipados que convocan a un estilo de vida preestablecido: muñecas y muñecos de marca, automóviles a control remoto, armas de guerra, juegos mecánicos y de computador entre los más conocidos, que bloquean su fantasía.
Estos juegos y juguetes, producidos por la fantasía del adulto, sólo están elaborados para ganar dinero y para la sociedad de consumo, ignoran la naturaleza infantil, deformándola, sin permitirle desarrollar una fantasía creadora.

Al escoger un buen juguete se debe tener en cuenta la edad del niño para que éste le permita cultivar su fantasía. Así se favorece a la transformación imaginativa y un auténtico desarrollo anímico.

El niño habituado al "juguete moderno" corre el riesgo de atrofiar psíquicamente sus sentidos, perder su sensibilidad y por ende la capacidad
de fantasear, volviéndose mecanizado y exigiendo estímulos cada vez más fuertes.

Por ello es recomendable poner a su alcance juguetes que exijan entrenamiento manual, de equilibrio y de dominio del cuerpo en general, elaborados en material natural (madera, tela, piedras, etc.), con imágenes o diseños que no sean grotescos y que no sean imágenes de la producción en masa que constituyen algo ilusorio y que van en contra de su desarrollo armonioso.


Los Estudios muestran que los niños se cansan de esos artificios de la industria lucrativa y que les gustaría volver a los juguetes que1 van con su naturaleza, pero generalmente son difíciles de conseguir por ignorancia de los padres, educadores y la sociedad en general.