uando la toga y el birrete de graduación han quedado ajados y mudos en un rincón de la habitación, lejos del alboroto del brindis y las felicitaciones, aparece de nuevo el interrogante sobre la opción profesional más acertada, que le permita al joven enfrentar su futuro con los cánones de la excelencia que impone el ambiente laboral del siglo XXI.

La primera imagen que ronda la mente es la de un profesional con éxito, circunstancia que se construye desde una acertada elección vocacional que reafirme paso a paso el gusto y la precisión con que se ejecute el trabajo. De este modo se puede caminar con firmeza hacia el esquema de un profesional competente.

Para foguearse y navegar con éxito en el limitado y cada vez más competitivo mercado laboral, es preciso analizar las ofertas de las universidades y centros tecnológicos, los costos de la educación, el tiempo que demandan, la creciente variable del desempleo, el subempleo y las condiciones para la creación de nuevas empresas.

Es difícil plantearse un proyecto a cinco o seis años, pero es importante saber hacia dónde se quiere caminar con un conocimiento y un esfuerzo polidimensionales del joven y de la familia.

El abanico de posibilidades para ingresar a la educación superior abarca a la educación superior abarca en Colombia cerca de 3.5000 programas del estudio reconocidos por el Icfes, de los cuales el 50 por ciento corresponden a carreras tecnológicas. Se incluyen además carreras profesionales, licenciaturas, especializaciones y maestrías.

Dentro del panorama educativo del país, en la década de los años 90 continúa una marcada prelidección de los nuevos bachilleres por carreras administrativas, económicas y el derecho. De igual forma sus respectivas facultades son las más numerosas. Gran auge han registrado los planes de estudio de ingeniería de sistemas y comunicación social.

A la vanguardia de las predilecciones continúan las profesiones relacionadas con la salud, especialmente la medicina y odontología, más no las que se puedan realizar masivamente, debido a costos y dificultades por cupos. Otras carreras cuya demanda aumenta por parte de los estudiantes son las ingenierías mecánica e industrial y la sicología. Esta última registra un incremento en el número de facultades.

En otras áreas, las preferencias se inclinan por finanzas y relaciones internacionales, publicidad y mercadeo, comercio exterior, tecnología de alimentos, fonoaudiología y terapia del lenguaje. Construir la decisión La sicología aplicada enfrenta la orientación vocacional como un problema que se hace cada vez más complejo, pues no se trata exclusivamente de guiar y ayudar a descubrir intereses y habilidades, sino que en muchos casos es preciso tratar la variable del fracaso, una vez se produce la deserción universitaria o laboral. 

El inventario de tales intereses y su interacción con características del temperamento conducen a un esquema de opciones que sirve de punto de partida para acercarlo alas condiciones de cada individuo. Es importante destacar que cuando una persona asume una opción profesional, influyen directamente sus vivencias dentro de un ambiente específico y todo aquellos que ha moldeado su personalidad. Este aspecto apunta directamente hacia los estímulos y elementos que han aportado la familia y la escuela.

No es necesario esperar hasta que el joven ingrese al grado para acercarlo a la orientación vocacional, esta se puede alimentar desde el séptimo grado escolar. La observación de las inquietudes, habilidad mental, capacidad de recordación de datos y elaboración de juicios espontáneos e inducidos desde la infancia, puede dar pistas a los padres de hacia donde encauzar la atención de su hijo, mediante el suministro de ayudas didácticas, visitas a determinados lugares, películas, además de muchos otros recursos que están a disposición de los jóvenes.

La incertidumbre de saber qué se quiere hacer en la vida, para que se es bueno, y hacia donde se quiere ir, no es angustia exclusiva de los adolescentes próximos a concluir la secundaria.
Es una constante en la vida de los adultos y del profesional, que debe permanentemente ajustar sus objetivos y esquemas de ejecución, de acuerdo con las exigencias laborales y metas personales. Las charlas, test, pruebas y demás recursos de la orientación vocacional son una herramienta para conocerse y valorarse, para descubrir el potencial individual, pero la decisión siempre será de cada quien.

La meta del equipo interdisciplinario que evalúa a los jóvenes es acercarles a encontrar una opción profesional que los convierta en el futuro en personas satisfechas con su labor y en proceso constante de alcanzar sus metas personales. Se pretende además, apartarlos de la repetición de modelos paternos o de aquellos que no les son propios y que sin una convicción real puedan impulsarles a crear un plan de vida equivocado. Generalmente los sistemas de orientación profesional realizan una entrevista inicial, proceden a la aplicación de test, pruebas psicológicas, razonamiento abstracto, grado de adaptabilidad y medición de coeficiente intelectual.

Posteriormente viene una segunda entrevista donde se evalúan conjuntamente los resultados y se profundiza sobre las fortalezas y las áreas de oportunidad o debilidades. Si es conveniente se sugieren ciertas terapias psicológicas. Anhelos y trabajo Mucho se especula sobre el perfil del profesional del siglo XXI y la expectativa es aún más grande cuando se piensa en países subdesarrollados como el nuestro. Sin embargo, cualquier opción profesional que se aborde es vital que maneje puntos de apoyo estrechamente ligados a la informática, el auge de las comunicaciones tanto en su esfera tecnológica como en el direccionamiento del factor humano al interior de las empresas.

La tendencia va encaminada a la búsqueda de un profesional especializado y al mismo tiempo con criterios integrales para dimensionar el potencial humano, acercarse a márgenes óptimos de productividad y hacer tangibles metas innovadoras. Las conclusiones de varias investigaciones en esta área indican que las principales características de los nuevos profesionales serán la creatividad, los valores éticos, capacidad de adaptabilidad y de manejo de problemas, responsabilidad, y sentido participativo y de compromiso con la colectividad.

De acuerdo con los actuales esquemas empresariales resulta vital el manejo de por lo menos dos idiomas con suficiencia, formación humanística, disciplina, actualización constante en la formación profesional y un nivel medio de manejo de recursos tecnológicos. Cualquiera que sea su opción profesional o la de su hijo, haga un balance entre sus sueños y gustos innatos y la posibilidad de verse realizado en el mercado laboral.

RECUERDA: Es el profesional el que se adapta a la empresa y no al contrario, por ello, vaya a la vanguardia de los requerimientos laborales.