La
mayoría de los adolescentes experimentan más estrés cuando perciben
una situación como peligrosa, difícil o dolorosa y ellos no
tienen los recursos para enfrentarla o abordarla. Algunas de
las fuentes de estrés para los adolescentes pueden incluir:
Las
demandas y frustraciones de la escuela,
Los pensamientos y sentimientos negativos sobre sí mismos,
Los cambios en sus cuerpos,
los
problemas con sus amigos,
el
vivir en un ambiente/vecindario poco seguro,
La
separación o divorcio de sus padres,
Una
enfermedad crónica o problemas severos en la familia,
La
muerte de un ser querido,
El
mudarse o cambiar de escuela,
El
llevar a cabo demasiadas actividades o el tener expectativas
demasiado altas,
Los problemas finacieros de la familia.
Algunos adolescentes se sobrecargan con
el estrés. Cuando ello sucede, el estrés manejado de
manera inadecuada puede llevar a la ansiedad, el retraimiento,
la agresión, las enfermedades físicas, o destrezas inadecuadas
para confrontarlo tales como el uso de las drogas y/o del alcohol.
Cuando
se percibe una situación como difícil o penosa, ocurren cambios
en nuestras mentes y nuestros cuerpos que nos preparan para
responder ante el peligro. El responder "peleando, huyendo o
congelándose" incluye un aumento en los latidos del corazón
y en el número de veces que se respira, aumenta la cantidad
de sangre que fluye hacia los músculos de los brazos y de las
piernas, se enfrían y sudan las manos y los pies, se revuelve
el estómago y/o se siente terror o pavor.
El
mismo mecanismo que crea la respuesta al estrés lo puede terminar.
Tan pronto decidimos que una situación ya no es peligrosa, pueden
ocurrir cambios en nuestra mente y en nuestro cuerpo que nos
ayudan a relajarnos y a calmarnos. Esta "respuesta relajante"
incluye la disminución en los latidos del corazón y de la respiración
y una sensación de bienestar. Los adolescentes que desarrollan
la "respuesta relajante" y otras destrezas para manejar el estrés
se sienten menos indefensos y tienen más alternativas cuando
responden al estrés.
Los
padres pueden ayudar a sus adolescentes de las siguientes maneras:
Determinando si el estrés está afectando la salud, el comportamiento,
los pensamientos
o los sentimientos de su adolescente.
Escuchando cuidadosamente a los adolescentes y estando pendiente
a que no se sobrecarguen.
Aprendiendo y modelando las destrezas del manejo del estrés.
Respaldando la participación en los deportes y otras actividades
pro-sociales.
Los adolescentes pueden disminuir su
estrés con los siguientes comportamientos
y técnicas:
Haciendo ejercicios y comiendo con regularidad.
Evitando el exceso de la cafeína la cual puede aumentar los
sentimientos de ansiedad y agitación.
Evitando el uso de las drogas ilegales, el alcohol y el tabaco.
Aprendiendo ejercicios de relajación (respiración abdominal
y técnicas de relajación de los músculos).
Desarrollando el entrenamiento de destrezas afirmativas. Por
ejemplo, expresando los sentimientos de manera cortés, firme
y no de manera muy agresiva ni muy pasiva: ("A
mí me da coraje cuando tú me gritas". "Por favor, deja de gritar").
Ensayando y practicando las situaciones que le causan estrés.
Un ejemplo es el tomar una clase de oratoria, si el hablar frente
a la clase le pone ansioso.
Aprendiendo destrezas prácticas para enfrentarse con la situación.
Por ejemplo, divida una tarea grande en porciones pequeñas,
que sean más fáciles de realizar.
Disminuyendo el hablarse de manera negativa a si mismo: rete
los pensamientos negativos sobre usted mismo con pensamientos
neutrales o positivos. "Mi vida nunca
será mejor" se puede transformar en "Yo
puedo sentirme ahora desesperanzado, pero mi vida probablemente
mejorá si yo trabajo para ello y consigo alguna ayuda".
Aprendiendo a sentirse bien haciendo un trabajo competente o
"suficientemente bueno" a cambio
de demandar perfección suya y de otros.
Tomando un descanso de las situaciones que le causan estrés.
Las actividades como escuchar música, hablar con un amigo, dibujar,
escribir o pasar un rato con un animal domesticado (pet) pueden
reducir el estrés.
Estableciendo un grupo de amigos que puedan ayudarle a hacer
frente a las situaciones de manera positiva.
Mediante el uso de éstas y otras técnicas, los adolescentes
pueden comenzar a manejar el estrés. Si un adolescente habla
acerca de, o muestra indicios de que está demasiado tenso, una
consulta con un psiquiatra de niños y adolescentes o con un
profesional de la salud mental capacitado puede ser de gran
ayuda.
Fuente:
American Academy of Child and Adolescent Psychiatry (AACAP).
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