Cuando se va a elegir un centro de cancerología,
conviene asegurarse de que la tecnología
que brinda permita dirigir exclusivamente al punto de interés
los rayos y así evitar lesiones
o quemaduras en áreas cercanas.
En
qué consiste la radioterapia
Este tratamiento local utiliza las radiaciones para eliminar
las células tumorales en la parte
del organismo donde se aplica e impide su crecimiento. La
radioterapia es un tratamiento
que ha evolucionado con los avances científicos de
la ingeniería física, ingeniería biomédica,
la especialización en el área de oncología
y de la informática. Las radiaciones son parecidas
a las utilizadas para la toma de radiografías y difieren
en que su energía es mucho mayor.
Según la distancia en que esté la fuente de
irradiación, se pueden distinguir dos tipos de tratamientos:
braquiterapia,
en la cual la fuente de irradiación está cerca
o directamente en
el área a tratar. Se usa principalmente en tumores
ginecológicos o de próstata, para lo cual
el paciente es hospitalizado.
La otra alternativa es la teleterapia
o radioterapia externa, en la que la fuente de irradiación
está a cierta distancia del paciente en equipos de
grandes dimensiones. En este tipo de tratamiento, que es
el más común, los pacientes acuden periódicamente
al centro especializado según lo indique el médico
tratante.
Entre otros beneficios, la radioterapia se puede elegir
como tratamiento único y también en combinación
con otros como la cirugía o la quimioterapia, siendo
aplicable a todos los casos,
en diagnóstico precoz o avanzado, permitiendo disminuir
el tamaño del tumor y haciendo más lenta la
reproducción de las células malignas.
Así mismo ayuda a reducir algunos síntomas
como hemorragia, dolor, cansancio y la opresión de
otros órganos con menores efectos secundarios y una
mejor calidad de vida.
La radioterapia puede ser administrada como tratamiento
exclusivo o bien antes o después
de una intervención quirúrgica, asociándose
también, en algunos casos, a la quimioterapia. Ambos
tratamientos se pueden combinar.
Cuidados
especiales
Si bien el paciente sometido a la radioterapia puede continuar
con su vida de manera normal, es bueno que siga las recomendaciones
especiales que el médico tratante le de, algunas
de ellas:
Evitar la exposición directa al sol del área
en tratamiento.
Cuidar al máximo la piel.
Evitar la aplicación directa de cosméticos,
si el área en tratamiento es en la cabeza.
Utilizar únicamente los productos recomendados por
el médico.
Todos los efectos secundarios de la radioterapia desaparecen
después de finalizar el tratamiento.
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