En
principio sabemos que ninguna sociedad o comunidad puede
vivir sin valores. Sin embargo también sabemos que de
este asunto todos tenemos nociones dispersas. No es algo
que se enseñe en la academia. La pérdida o ganancia de
valores es cátedra de la "escuela de la vida". Es importante
tomar conciencia de los valores que tenemos o decimos
tener para poder formar nuestra identidad, así como definir
los valores en cada época, en cada país y en cada cultura.
En medio de lo que consideramos una amalgama de intereses
por parte de todos los que nos rodean creemos no encontrar
una identidad nacional que nos globalice y nos haga sentir
parte de algo. De una nación, por ejemplo.
Si
tomamos en cuenta los intereses de cada región o los que
impone Internet o la globalización de la economía o la
geopolítica debemos entender que cada grupo social tiene
intereses diferentes y por tanto una interpretación particular
para los valores, con contenidos distintos
y necesidades diferentes.
Pero
al hablar de valores tenemos que precisar que ellos son
el basamento de lo que nuestra civilización es capaz de
construir y dilucidar. Los valores se han revitalizado
en muchos lugares en donde se ha hecho imperativo su actualización.
Pero también se han desechado según la necesidad, por
ejemplo, al valor de la nobleza de la sangre, se le dio
una importancia significativa en el pasado pero hoy en
día ya no importa la casta o "realeza" a la que se pertenezca
sino los valores que promulgue el individuo en su actuar
cotidiano.
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